Mapas de la evolución de la Reconquista

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Mapas de la evolución de al-Andalus

conquista-de-al-andalusalandalus mapacalifatocordobaba238f29cd0a73303e0d55e6904b3319d_1M.png almoravidesalmohadeEvolución de los reinos peninsulares

 

Eje cronológico y mapas de al-Andalus y Reconquista

CronologiaEspanaEdadMedia-full1

Batallas de Guadalete y de Covadonga.

La derrota de Don Rodrigo

La llegada del ejército, al mando de Tariq, ha sido provocada por los mismos visigodos, pues habían pedido ayuda a los musulmanes del Norte de África contra el rey don Rodrigo. Un historiador musulmán cuenta lo siguiente:

Estando en el Norte de África Muza nombró jefe de la vanguardia al persa Tariq, para que fuese a Hispania con 7.000 guerreros, en su mayor parte beréberes, pues había muy pocos árabes; y llegaron en el 92 (711) en los cuatro únicos barcos que tenían, los cuales fueron y vinieron con infantería y caballería, que se iban reuniendo en un monte, situado a la orilla del mar, hasta que estuvo completo todo su ejército.

Al tener noticia de estos hechos el rey Rodrigo que estaba en Pamplona, preparó contra Tariq gran ejército y se dirigió hacia el Sur. Pero Muza mando a Tariq 5.000 hombres más, de manera que su ejército llegó a 12.000.

Encontrándose Rodrigo y Tariq en un lugar junto al río Guadalete, pelearon encarnizadamente. El ejército de Rodrigo era superior, pero sus alas derecha e izquierda, mandadas por nobles enemigos del rey, huyeron y Rodrigo fue derrotado.

TEXTOS DE DOS VERSIONES DISTINTAS SOBRE LA BATALLA DE COVADONGA:

La batalla de Covadonga vista por los cristianos (Crónica de Alfonso III, siglo X)

Alqama entró en Asturias con 187.000 hombres. Pelayo estaba con sus compañeros en el monte Aseuva, y el ejército de Alqama llegó hasta él y alzó innumerables tiendas frente a la entrada de la cueva.

Alqama mandó entonces comenzar el combate, y los soldados tomaron las armas. Se levantaron los fundíbulos, se prepararon las hondas, brillaron las espadas, se encresparon las lanzas e incesantemente se lanzaron saetas. Pero al punto se mostraron las magnificencias del Señor: las piedras que salían de los fundíbulos y llegaban a la casa de la Virgen Santa María, que estaba dentro de la cueva, se volvían contra los que las disparaban y mataban a los caldeos. Y como Dios no necesita las lanzas, sino que da la palma de la victoria a quien quiere, los cristianos salieron de la cueva para luchar contra los caldeos; emprendieron éstos la fuga, se dividió en dos su hueste, y allí mismo fue, al punto, muerto Alqama y apresado el obispo Oppas. En el mismo lugar murieron 124.000 caldeos, y los 63.000 restantes subieron a la cumbre del monte Aseuva y, por un lugar llamado Amuesta, descendieron a la Liébana. Pero ni éstos escaparon de la venganza del Señor.

La batalla de Covadonga vista por los musulmanes (Crónica de Al-Maggari, Nafh al-tib, siglo XVII)

Dice Isa ben Ahmad al-Razi que en tiempos de Anbasa ben Suhaim al-Qalbi, se levantó en tierras de Galicia un asno salvaje llamado Belay [Pelayo]. Desde entonces empezaron los cristianos de al-Andalus a defender contra los musulmanes las tierras que aún quedaban en su poder (…). Los islamitas, luchando contra los politeístas y forzándoles a emigrar, se habían apoderado de su país (…) y no había quedado sino la roca donde se refugia el rey llamado Pelayo con trescientos hombres. Los soldados no cesaron de atacarle hasta que sus soldados murieron de hambre y no quedaron en su compañía sino treinta hombres y diez mujeres. Y no tenían que comer sino la miel que tomaban de la dejada por las abejas en las hendiduras de la roca. La situación de los musulmanes llegó a ser penosa, y al cabo los despreciaron diciendo “Treinta asnos salvajes, ¿qué daño pueden hacernos?” En el año 133 murió Belay y gobernó su hijo Fábila. El dominio de Belay duró diecinueve años, y el de su hijo, dos.